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Emblema del juego de toque que elevó al Barcelona, Xavi Hernández vuelve a su casa para tomar las riendas del equipo de su vida con la misión de reconstruir un grupo en caída libre y situar de nuevo al Barça en el primer plano mundial.

Tras días de intensas negociaciones, finalmente fue el Al-Sadd catarí quien anunció que dejará marchar a su técnico, tras el pago de su cláusula millonaria. Así, Xavi podrá ayudar al Barça a salir de la «etapa crítica» en la que se encuentra, según escribió el propio Al-Sadd en unos tuits de amable despedida.

Xavi tomará las riendas del Barcelona

Contactado en enero de 2020 para sustituir a Ernesto Valverde y en el verano siguiente para tomar el puesto de Quique Setién, Xavi había rechazado hasta ahora todas las aproximaciones por no verse preparado todavía, aunque siempre mostró su deseo de entrenar al Barça algún día.

«Recibí una propuesta del Barcelona, pero no la acepté porque creo que no es el momento adecuado para mí. Es un poco pronto para mí», decía el catalán en enero de 2020, aunque reiteró que era su sueño.

El momento adecuado para entrenar al FC Barcelona llegó ahora, a los 41 años y con el equipo en serios apuros financieros y deportivos, tras el duro golpe que supuso la marcha de Messi este verano.

«Siempre he dicho que Xavi entrenará algún día al Barça. Es una persona que vive por el fútbol, es del Barça y lo tiene como un objetivo prioritario en su vida», decía el viernes pasado el presidente azulgrana, Joan Laporta.

El mandatario barcelonista recordaba que ha estado en constante contacto con Xavi, pese a que el excampeón del Mundo había estado más cercano a una candidatura rival en las elecciones de marzo pasado.

Apoyado en su aura de leyenda azulgrana, que también traía Koeman, Xavi deberá afrontar la complicada tarea de reconstrucción de un equipo lastrado por la delicada situación económica del club, que limita la posibilidad de fichar, y sobre todo por el gran hueco dejado por Messi.

Su primera misión será devolver al Barcelona a los puestos de cabeza de LaLiga, donde ahora está noveno, y el desafío, aún mayor, de meter al equipo en octavos de final de la Champions, tras las dos goleadas iniciales 3-0 frente a Bayern de Múnich y Benfica, que lastraron mucho sus posibilidades.