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Ni un solo tiro a puerta jugando en casa. Así se escribe la historia. La puesta en escena del Atlético en este campeonato fue un espejismo, definitivamente: se sospechó ante el Huesca, se confirmó frente al Villarreal. Porque no se trata sólo del empate sin goles, sino de que no hay otro resultado posible, al menos mejor que ése, si no pruebas una sola vez al portero rival.

Cuenta día libre para Asenjo, al que no exigió Suárez, al que no exigió después Costa, al que no exigió absolutamente nadie. La estadística, esa mentirosa, aún asegurará que el equipo rojiblanco hace dos dianas por partido en esta Liga. La clasificación ya va diciendo otra cosa.

Con Simeone y Unai por medio, el primer partido se jugaba en la pizarra. No estaría de más, por cierto, que alguien la utilizara para explicar al técnico del Villarreal cómo se utiliza la mascarilla, aunque ésa sea otra historia.


Amargo empate para los del ‘Cholo’
Apareció el Atlético con Thomas como boya y Suárez como referencia para que otros cuatro jugadores flotaran entre ellos, pero el hecho de que Joao tendiera hacia la izquierda derivó enseguida en que Mario le pusiera las esposas. Apareció el Villarreal por su parte con un dibujo que dependía de Moi Gómez, centrocampista en fase defensiva, delantero en ataque, exuberante en el despliegue.

Simeone sacó toda la carne al asador en la segunda parte, Costa, Carrasco e incluso hasta el mexicano Héctor Herrera ingresaron el la segunda parte para intentar dar un golpe en la parte complementaria.

A este último se le busca una salida urgente, ya que la llegada de Lucas Torreira es inminente, se estima que el Porto es el mejor posicionado para hacerse con los servicios del mexicano.

Ahora, le tocará replantear a Simeone las próximas jornadas aprovechando el parón de selecciones de octubre, donde gran parte de su plantel tendrá acción con sus respectivas selecciones.

*Foto: Atlético de Madrid

*Información de Diario Marca