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Un cuarto de siglo después de la muerte de la princesa Diana, las teorías conspirativas vuelve a ser el foco de la atención señalando algunos mitos como: que ella fue asesinada o que la familia real británica estuvo implicada.

Según las investigaciones oficiales, Lady Di murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente de coche en París. Así lo confirmó finalmente en 2008 la pesquisa judicial británica al concluir que la tragedia se debió a un homicidio por imprudencia.

La culpa recayó, según las pruebas recabadas por la policía, en Henri Paul, el conductor del Mercedes que se estrelló en el Puente del Alma de París en la noche del 30 de agosto de 1997, cuando el vehículo era perseguido por un grupo de fotógrafos a la caza de la valiosa instantánea de la entonces mujer más famosa del mundo.

 

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Solo sobrevivió el guardaespaldas de la pareja, Trevor Rees Jones, quien, no obstante, nunca pudo aportar un testimonio esclarecedor sobre este suceso porque sufrió amnesia, circunstancia que ha cargado de sospechas, que señalan que pudo ser silenciado.

El jurado de aquella investigación también consideró culpables de homicidio por imprudencia a los «paparazzi» que seguían al vehículo, foco en un principio de la ola de indignación que se dirigió hacia los medios sensacionalistas.

Reina Isabel no quería a Lady Di

Sobre estas mismas hipótesis trabajaron los primeros efectivos de la Brigada Criminal de París que llegaron a la escena del accidente, pero en los días siguientes ya comenzaron a correr como la pólvora todo tipo de teorías, algunas impulsadas por un internet todavía en su infancia y otras defendidas por personajes clave.

Apenas 24 horas después del suceso, Mohamed Al Fayed, padre de Dodi y entonces dueño de los grandes almacenes Harrods, pidió la apertura de una instrucción judicial por homicidio involuntario, al tiempo que la Fiscalía parisina anunciaba que Paul triplicaba la tasa de alcohol en sangre permitida.

Varios días después, se celebró el funeral en memoria de Lady Di en la Abadía de Westminster (Londres), en el que el hermano de la princesa, Charles, cargó contra la prensa. Después tuvo lugar el entierro privado de la princesa en la casa familiar de los Spencer, Althorp House, en Northamptonshire, centro-norte de Inglaterra.

Actualmente se siguen sentando las bases para que arraigasen las sospechas más inverosímiles, como demuestran algunos grafiti que aparecieron cerca del puente del Alma: «Paparazzi asesinos» o «Lo hizo la Reina».

Sigue sin creerse las conclusiones de dos investigaciones, la policial de 2006 y la judicial de 2008, que aseguran que fue «trágico accidente» y un homicidio por imprudencia, respectivamente.

Sigue aferrándose, por ejemplo, a una carta que publicó el tabloide británico «Daily Mirror» en la que Diana, diez meses antes de su fallecimiento, dice que su marido, Carlos de Inglaterra, tramaba un plan para matarla en un accidente de coche, por lo que llegó a ser interrogado por la policía.

Por ello, Al Fayed acusó a la familia real de conspirar para que los servicios secretos asesinaran a Diana y Dodi porque la princesa estaba embarazada de su hijo, un musulmán.

Princesa Diana