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El exjugador del F. C. Barcelona y de la selección brasileña Dani Alves será finalmente juzgado por la presunta violación de una joven en una discoteca de Barcelona, hechos por los que está en prisión desde enero, informó la justicia española este lunes.

Todavía no hay fecha para este juicio, dijeron a AFP fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. A Dani Alves lo señalan de «agresión sexual».

Según la prensa española, Alves irá el miércoles de la cárcel a los juzgados de Barcelona donde la jueza le notificará su resolución y le impondrá el pago de 150 mil euros (un millón 296 mil 978 quetzales).

Esta «fianza» servirá para cubrir eventuales daños y perjuicios, no para salir en libertad condicional, dijeron estas fuentes.

De este modo, la jueza da por finalizada la investigación del caso y se abre ahora la fase penal para Alves, que, sin circunstancias agravantes, podría ser condenado hasta 12 años de cárcel.

El 2 de enero, una joven denunció que el futbolista la había violado en el baño del reservado de una discoteca de Barcelona a finales de diciembre, después de que Alves disputara el mundial de Catar.

El jugador negó conocer a la chica. Durante el proceso cambió varias veces de versión. Más adelante admitió haber mantenido y que hubo relaciones, aunque consensuadas.

La versión de la mujer se mantuvo estable y los magistrados de la Audiencia de Barcelona rechazaron diversos recursos de los abogados de Alves pidiendo su libertad condicional, alegando que existía riesgo de fuga a Brasil.

Habló desde la cárcel

En una entrevista publicada en junio por el diario barcelonés La Vanguardia, la primera desde que ingresó en la cárcel, Alves sostuvo que era inocente.

«Tengo la conciencia muy tranquila de lo que ocurrió aquella madrugada en el baño del reservado de la discoteca Sutton. Lo que ocurrió y lo que no ocurrió. Y lo que no ocurrió es que yo obligara a esa mujer a hacer nada de lo que hicimos», explicó Alves al diario desde la prisión en la que se halla, a unos 40 km de Barcelona.

«No hay ni una sola marca en su cuerpo que explique esa violencia con la que ella dice que la moví en baño», defiende Alves, que asegura que las relaciones fueron en todo momento consentidas por los dos.

En la extensa conversación, el defensor justificó sus diversos cambios de versiones sobre lo ocurrido por el miedo a perder a su esposa.

*Con información de AFP.