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Después de 28 días desligado del club que lo llevó a la cina y en el que se convirtió en leyenda, Gareth Bale se reencontró con sus excompañeros del Real Madrid. Fue este jueves, en la sesión vespertina, en UCLA, el campamento base de los blancos en esta pretemporada.

El fichaje del galés por Los Ángeles FC servía en bandeja esta cita de la que, sin embargo, dudaban tanto en los despachos como en el vestuario. La realidad fue diferente, con el de Cardiff asistiendo al entrenamiento y siguiéndolo desde la banda más alejada de la zona de trabajadores de la entidad, los medios y los aficionados.

Reencuentro con excompañeros

Con vestimenta casual y con el sigilo suficiente como para pasar desapercibido, entrando por una puerta trasera, Bale fue de repente reconocido a pie de césped. Allí enlazó conversaciones con sus antiguos colegas, dialogando especialmente con David Alaba, Eden Hazard y, por supuesto, Luka Modric, su gran apoyo desde la época del Tottenham hasta su etapa en el Santiago Bernabéu.

También se le notó muy cercano y cariñoso con Carlo Ancelotti, con el que se abrazó en un gesto muy bonito. Su charla de unos cuantos minutos con el italiano demuestra que en el fútbol el respeto y los códigos prevalecen. Es el ejemplo que dejaron el entrenador y uno de los héroes de la Décima, que se marchó de la escena como llegó: sin hacerse notar.

El Real Madrid sostendrá su último partido de pretemporada este sábado, cuando se enfrenten a la Juventus de Turín en el Rose Bowl de Los Ángeles, el juego está programado para iniciar a las 20:00 horas (horario de Guatemala).