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Autoridades de Miami continúan en alerta. Esto, luego de que la tarde del jueves la policía recibiera el reporte de que parte del techo de un edificio ubicado en 17500 NW 68th, en Miami, se había derrumbado, provocando la evacuación inmediata de sus ocupantes como medida de precaución.

El incidente no dejó víctimas fatales ni heridos, según confirmaron las autoridades. La Policía de Miami-Dade informó que recibió el reporte a las 16:00 horas del jueves, por lo que se coordinó la movilización de equipos de rescate hasta el lugar.

El Departamento de Bomberos de Miami-Dade compartió una fotografía, a través de su cuenta de Twitter, mostrando la magnitud del derrumbe, cuyas causas están actualmente bajo investigación.

A tres semanas de la tragedia

El incidente ocurre tres semanas después de la tragedia provocada por el derrumbe de una parte de un edificio de apartamentos en Surfside, cerca de Miami, que dejó 97 muertos y decenas de desaparecidos. El resto del edificio fue demolido el pasado 4 de julio luego de que las autoridades estimaran que su inestabilidad ponía en riesgo a los equipos de rescate.

Acerca del terreno que ocupaba el inmueble, continúan las discusiones sobre su utilización luego de que hayan concluido las operaciones de remoción de escombros y el procedimiento judicial en curso.

“Todos hemos estado hablando sobre lo que podría o debería pasar con este lugar”, afirmó la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava en una rueda de prensa esta semana. “Hemos comenzado a hablar sobre el hecho de que definitivamente necesitamos un monumento. Debemos tener algún tipo de monumento conmemorativo”, agregó.

Una petición en línea en la web Change.org había recabado el martes más de 1 mil 200 firmas para que el perímetro del inmueble derrumbado “se convierta en un monumento”, estimando que el accidente “dejó numerosos muertos y que cada víctima y desaparecido debe ser recordado”.

Sin embargo, algunos residentes quieren que se construya un edificio nuevo en ese terreno, según destacó Charles Burkett, alcalde de la pequeña localidad de 6 mil habitantes ubicada al norte de Miami. “Algunas familias también quieren volver y vivir allí. Quieren que el edificio sea reconstruido en una porción del lugar, reconocen que una parte del lugar es sagrado, pero no se resignan a perder su casa”, explicó.